Dos grandes almohadas caracterizan la cama, colocadas en el cabecero entran en simbiosis con la propia estructura. La particular forma curva de las mesitas de noche y los tocadores se convierte en funcional en el tocador, una curva transformada en una puerta que se puede abrir, casi desapareciendo. Las maderas lacadas se combinan con la tapicería de cuero. El prestigio que caracteriza a esta colección proviene de los detalles que se convierten en verdaderas señas de identidad, y hacen de esta colección una joya, que refleja plenamente su nombre.