Corazón palpitante del Principado de Mónaco, como una perla engastada en la extraordinaria Costa Azul, Montecarlo siempre ha sido sinónimo de lujo y exclusividad. Turri fue elegido para amueblar una residencia exclusiva en las afueras de Mónaco. Es un departamento privado de 400 m2 desarrollado en dos niveles, con vanos en arco de 5 metros con vista al mar.
Cada elemento de decoración es personalizado; La artesanía de Turri ha permitido la máxima personalización, desde la elección de materiales y acabados hasta la creación de elementos ad hoc, diseñados según las necesidades específicas del cliente. En la zona del comedor, las sillas de la colección Melting Light, diseñada por Frank Jiang, rodean la mesa Madison de Andrea Bonini.
En la planta superior, adyacente a una íntima zona de relax, se eligieron el escritorio Vogue y la consola Genesis para el rincón de estudio. Lo sorprendente son los elementos creados específicamente para cada proyecto. Aprovechando el hábil trabajo de la madera, Turri creó la cocina y el gran jarrón que contiene el olivo de bronce del artista Philippe Pasqua, casi como para dividir el salón del comedor.
